EL BLOG DE UNA ORIENTADORA DESORIENTADA

BLOG DE UNA ORIENTADORA DESORIENTADA ¿POR QUÉ DESORIENTADA? porque todos cuando empezamos lo estamos, pero en esta profesión nunca deja de sorprenderme todo lo que me queda por saber. Además si tenemos en cuenta mis dificultades de orientación espacial que hacen que me pierda hasta en mi barrio, pues mayor desorientación para esta humilde orientadora...

miércoles, 22 de marzo de 2017

CUANDO TODOS SON SUPERDOTAOS

La experiencia que voy a contar hoy la tuve en un colegio. En éste el director estaba implementando de forma experimental un programa TIC para estimular a los alumnos, por aquel entonces denominados "superdotados", con lo que ya os podéis figurar la que me cayó...Vamos, que allí crecían superdotados como setas en todas las clases y hasta debajo de las piedras. Lo más peculiar de todo, era que a la hora de hacer la demanda las tutoras se peleaban entre ellas por la prioridad de "sus niños" frente a los de la compañera, que pasaba, automáticamente, a convertirse en una "encarnizada rival" en pugna porque se evaluara antes a sus chicos superlistos. Sí, habéis leído bien "sus chicos", en cada clase me surgieron como mínimo dos valoraciones, en algunas clases tuve que valorar ¡hasta 4 chavales tuve en alguna clase! ¡Con todo lo que eso implica! Por supuesto, en los protocolos se daba a entender que tenían un nivel de competencia curricular muy por encima del que les correspondía por su edad, eran muy creativos, líderes y "fuera de serie" ¡inaudito! ¿se habrían puesto de acuerdo los padres de aquella zona en alimentarse  e hipervitaminarse para procrear vástagos megainteligentes? Estaba anonadada. Leí los protocolos detenidamente, y decidí evaluar de forma alternada: un niño de una clase/una chica de otra...¡Así tendría a todos más o menos contentos! En fin, que comencé a rodar. Por supuesto, comencé por pruebas de screening y, tal y como me figuraba, daban con una inteligencia alta algunos, otros ni eso, y creativos, creativos exactamente encontré dos o tres a lo sumo. El problema vino cuando tuve que hacer la devolución a los tutores y tutoras con respecto a las capacidades reales de sus alumnos. Por supuesto, destaqué sus habilidades especiales, y les expliqué por qué no daban el perfil, pero no lo tomaron demasiado bien que digamos. Ahí comprobé que la historia de Jeckyl y Hyde podía cobrar vida en un contexto escolar de lo más cotidiano. La profesora más dulce y encantadora pasaba a ser una psicópata despelufada que me gritaba como una energúmena que si "niño" era superdotado y que yo no sabía valorarlo e incluso levantaba las manos indignada preguntando por qué en la otra clase había uno y en la suya no...Aquí ya empecé a mosquearme. ¿Por qué tanta obsesión con tener niños superdotados en la clase? Mi curiosidad innata alcanzó límites hasta el momento desconocidos para mi, y decidí investigar en qué consistía el fantástico programa de intervención implementado desde el equipo directivo y....pffff menuda decepción, eran juegos de atención y búsqueda de información sobre contenidos relacionados con la capacidad espacial y de cálculo, del siguiente tipo:

Vanos, que no se habían herniado  con el programita, la cosa era presentarlo como proyecto innovador de centro y vacilar de ser un colegio con superpoblación de niños superdotados...Dicho sea de paso, siempre tuve la impresión de que el director se las daba también de "superdotado", ¡casi hablaba en primera persona! emplearé una de mis expresiones favoritas en este blog para definir cómo me quedé cuando descubrí de qué iba el pastel: ME QUEDÉ FLIPANDO. Ya e ra cutre la cosa, pero por tal de conseguir ayudas, cualquier cosa, ya que este programa lo llevaba a cabo la PT, y les daba la excusa para ampliar la ratio de alumnos con necesidad específica de apoyo educativo...Listillos que son a la hora de asegurarse más recursos... Ese curso tuve un "ambientazo" proporcionado por las profes decepcionadas con el hecho de que no había reconocido la superdotación de sus "niños", con murmullos a mi paso en plan "y ella que sabrá" "Porque no le ha visto en clase", miradas torcidas...Vamos que no me sacaban la lengua porque habría resultado un gesto demasiado infantil. El director me perseguía para que cambiara de opinión con respecto a esos niños que no daban el perfil ni de "chiripa". Aquello era como una carrera de obstáculos. Cuando creía que estaba llegando al baño,  detrás de una esquina  oía al director preguntando por mi( y yo ya sabía para que era, para volver con su monotema), yo miraba para todos lados y me colaba en la primera sala en la que podía escondiéndome antes de que hubiera verme y miraba por la rendija de la puerta hasta que le veía pasar mirando para todos lados mosqueado. Entonces yo soltaba un suspiro y salía de la sala justo cuando una de las "profesoras caraperro" venía despotricando de mi, ahí no huía cual cobarde, simplemente pasaba por su lado con la cabeza bien alta y me dirigía a,l cuarto de baño , luego las miraba y miraba la puerta del baño como indicando: me ca....en vuestra opinión, y entraba con paso triunfante sintiéndome con la razón de mi parte y el mundo en contra, pero lo importante era que lograba alcanzar mi objetivo: EL DESEADO CUARTO DE BAÑO, que uno de los lugares en los que me sentía más a gusto en ese colegio.

domingo, 19 de marzo de 2017

AVENTURAS EN EL BRONX

Uno de los destinos en los que me ha tocado trabajar en mi trayectoria como interina, fue un colegio del San Blas profundo en el que primaba, sobre todo, la ley de la supervivencia. Allí llegabas y parecía como si te hubieras internado en la jungla y tuvieras que ir sorteando pequeños monos saltando y corriendo por todas partes a tu alrededor..Y esto era la fila de entrada de comienzo del día..Luego suma y sigue. Yo llegué allí sin saber que ya estaba embarazada de mi segunda hija, y lo primero que me dijeron fue que habían echado al antiguo equipo directivo y la persona que me presentaron como jefa de estudios era muy joven e inexperta y había aceptado el cargo porque no había nadie más. Ella ni siquiera tenía la antigüedad necesaria para ejercer el cargo pero había sido la única que no se había atrevido a decir que no se comía el marrón, así que le tocó comérselo.
En este colegio, las prioridades de la Orientación no eran, como en otros, la detección de las necesidades educativas de los alumnos, sino la implementación de programas para mejorar la convivencia entre los alumnos y lograr un mínimo de atención y respeto en las clases.
Lo primero fue conseguir que subieran en las filas sin atropellarse y llevarse a todo el que se pusiera por el medio...Oye, todo un logro. Lo siguiente fue motivar a los profes de primero de primaria para buscar estrategias que despertaran el interés y la atención de los alumnos en la clase, pasando por un programa de modificación de conductas disruptivas. Es decir, controlar que no se tiraran los bolis, cuadernos y estuches unos a otros durante la clase a grito pelado. Esto fue bastante complicado, puesto que la frase dominante, tristemente, era: "no se puede hacer nada con ellos, si acabarán todos siendo delincuentes callejeros.." Como os podréis figurar, a mi con estos comentarios se me caía el alma a los pies.¡Sólo tenían 6 añitos! Ahí me puse las pilas y san Google y yo nos hicimos íntimos amigos...Busqué y busqué estrategias de motivación en el aula, estudios de campo...Pero, al final, la respuesta era más simple que todo eso: la investigación de campo la tendríamos que hacer nosotros, en el día a día de las aulas. Lo complicado iba a ser convencer a los profes de la necesidad de hacerlo así. Establecimos una reunión semanal, a la que también acudían el equipo de apoyo y la jefa de estudios. La primera fue como nadar contra corriente, todo era abatimiento, desgana y frustración...Hasta que se me ocurrió sacar papel y boli e ir preguntándoles si había algo,lo que fuera, que hubiera captado alguna vez la atención de los niños....Pues no recordaban nada. Así que empezamos por ahí, para establecer una línea base, observarían durante la siguiente semana los momentos de mayor atención de los niños y anotarían el contenido o actividad que se estuviera abordando. Así lo hicimos, y con ello empezamos un programa que fuimos poco a poco completando desde sus experiencias y necesidades y, dada mi novatez, cómo no, con el apoyo de San Google...Al menos teníamos un comienzo.

sábado, 18 de marzo de 2017

ENCUENTROS ENTRE PAKISTANÍES

Continuando con mis experiencias de novata, recuerdo que en uno de los primeros coles en los que trabajé, tuve encuentros en la tercera fase con un extraño hombrecillo que me perseguía por los pasillos diciéndome que teníamos que hablar y yo ni sabía quién era. Era cómico, porque cuando salía de valorar a un peque y le veía por los pasillos miraba para todos los lados buscando por dónde huir. Sí, ya se, suena muy cutre, pero es que me sentía una ignorante cada vez que se me acercaba y me preguntaba qué íbamos a hacer con tal o cual niño, yo me preguntaba ¿pero de qué niños me habla? ¿este paki stá aquí? Me habían dicho que era el "profesor de compensatoria" y yo se suponía que en las oposiciones había estudiado un tema sobre eso...Pero en el tema no se hablaba de cómo coordinarse con ellos ni de cómo enfocar las adaptaciones de los alumnos o el control de sus conductas...Vamos, que cuando le veía venir me sentía más perdida que un tigre en un descampado.
El caso es que el pobre estaba como yo, que cuando me acercaba a algún aula para observar a algún niño o para entrevistarme con la tutora esta me miraba también con la cara de "y esta...¿pa´kí stá aquí?" y cuando le decía que era la orientadora, me miraba con expresión de estar pensando " ¿la cualo?" y en ocasiones me soltaban: ¿y tú en qué me vas a orientar a mi si eres muy jovencita y yo llevo años en esto de la enseñanza?". Pregunta ante la cual, yo, humildemente me callaba, ya que en eso llevaba toda la razón.
En esta situación estaba cuando un día, sin quererlo ni poder evitarlo, me topé con él de frente y no pude huir. Él me cogió de la muñeca desesperado y me soltó un: "¡por fin te pillo!- a lo que yo respondí con un leve e imperceptible bufido pensando: "pues para lo que te va a servir..."
 Intenté poner mi mejor sonrisa y le dije:"a ver, si quieres buscamos un despacho libre y me cuentas". (Como habréis podido deducir yo no tenía un despacho ni nada, utilizaba la primera sala que me quedaba libre). Agarrada por su férrea mano (estaba dispuesto a no dejarme escapar esta vez) me condujo hasta una tutoría que en ese momento estaba libre, nos sentamos cada uno a un lado de la mesa y comenzó a bombardearme con casos de chavales a los que él pensaba sacar del programa de compensatoria y me iba dando sus motivos. Yo me limitaba a asentir con sonrisa estúpida y, de vez en cuando, le decía "claro, claro, estoy de acuerdo contigo", mientras pensaba por dentro: ¿de qué me está hablando? Pero si yo ni conozco a estos niños, sabrá mejor él si han superado los objetivos, ¿no?.Todo fue bien hasta que me hizo la fatídica pregunta: y ¿cómo le digo a los tutores que estos ya van a ser dados de alta? ¿nos reunimos los dos con ellos? porque no les va a hacer gracia...Están muy cómodos sin ellos en clase el rato que les saco...¡PLAF! jarro de agua fría. allí desperté de golpe. Hasta ese momento todo había sido muy fácil, asentía a todo lo que decía y le daba la razón en todo, pero eso de reunirme con aquellos tutores terroríficos para los que sólo estábamos de paso e incluso estorbábamos, me producía escalofríos. No obstante, puse mi mejor cara y le dije que les enseñara los objetivos cumplidos de los chavales y que si le ponían problemas ya idearíamos una táctica...Esa noche me tocaría buscar en google: "cómo lidiar con profesores que no quieren en su aula a los alumnos de compensatoria" y "cómo coordinarse con profesorado de apoyo, padres, tutores, especialistas y equipo directivo sin morir en el intento"...

miércoles, 15 de marzo de 2017

UNA CONFUSIÓN DE LA QUE SAQUÉ UN APRENDIZAJE

En esta entrada voy a hablar del extraño personaje en el que nos convertimos los orientadores en ocasiones. Ya he comentado anteriormente que, como buena novata, en mis principios iba cargada con un maletón de ruedas lleno de pruebas hasta los topes, pues un día que iba llegando a uno de los coles entré con una profesora con la que no había tenido el gusto de entablar conversación hasta el momento, de lo que se deduce que nadie nos había presentado. Ella me miraba mucho y miraba mi maleta con mucha curiosidad, hasta que se aventuró a hacer la pregunta que le estaba carcomiendo.
"Hola, ¿eres una vendedora de una editorial? ¿qué tipo de material traes? ¿cuentos?"
Me quedé con cara de pasmada y miré primero mi maletón y luego a la profesora sin comprender muy bien las preguntas. Luego, como parte de mi forma de ser estallé en carcajadas sin poder contenerme y dejándola alucinada. Tardé un buen rato en tranquilizarme, hasta tuve que agarrarme la tripa del ataque de hilaridad que me entró. Cuando por fin me calmé, le respondí que no, que era la orientadora. ella se quedó con la boca abierta y cara de boba mirando mi maletón. Debía de ser la primera vez que veía a una orientadora tan absurdamente cargada de cosas, ya que lo mío era un troley de viajes, y no un fin de semana precisamente sino uno de esos que te llevas para todas las vacaciones de verano. sin poder contener su asombro, volvió a preguntar: "¿Y qué llevas en esa maleta tan grande?" - a mi me pareció obvia la respuesta, ¿qué iba a llevar el camping gas y las chistorras? la miré con cara de flipe y le contesté lo más educadamente que pude: "Pues qué voy a llevar, pruebas de evaluación?"
Ella me seguía mirando como si yo fuera una marciana e insistió: "Pero ¿a ti te da tiempo a utilizar todo lo que llevas ahí en una mañana?"
La miré sin saber qué contestarla porque yo, en mi ignorancia, estaba convencida de que por supuesto que me daría tiempo a emplearlo todo. El caso es que ahí quedó la conversación, pero me picó la curiosidad y me dediqué a analizar cuántas de las cinco pruebas que llevaba me daría tiempo a utilizar.
La realidad cayó sobre mi como un jarro de agua fría: sólo pude pasar una de las pruebas, intercalándolo con entrevistas varias y reuniones de coordinación. entonces comprendí la sorpresa de aquella profesora y la amplitud de mi ignorancia, añadida a las dificultades de estructuración temporal que ya he mencionado que tengo. Vamos, que ni con relojes controlo adecuadamente la duración de las tareas que me programo hacer al día. Comprendí que debía planificar mejor mi agenda y, sobre todo y dado que tenía que ir con el pesado sacaleches eléctrico a todas partes, debía llevar menos pruebas a los coles, lo que se reduciría a una o a lo sumo dos depende de lo cargadita que tuviera la mañana.
Diás después, sucedió algo que me hizo comprender el porqué de la asociación que hizo esta mujer de mi equipaje con la posibilidad de que fuera una vendedora de una editorial, ya que vino un vendedor de la editorial SM al centro ¡y su maleta era exactamente igual a la mía!
¿coincidencia? No lo creo, ignorancia y exageración por mi parte, y ahí entra en juego mi vena andaluza.
Hasta aquí la breve anécdota de hoy, espero que sirva para que nos demos cuenta de que una bena organización del tiempo o un secretario personal ( a ser posible eficiente y que esté de buen ver) son necesarios en nuestra profesión como la cofia y el delantal en la de los cocineros.
¡Hasta mañana queridos lectores!

martes, 14 de marzo de 2017

LA EXTRAÑA REUNIÓN

Como lo prometido es deuda, en esta entrada hablaré de una de las reuniones más surrealistas con las que me he topado en mi profesión. El caso era de un niño con fobia escolar con cuya familia ya había hablado mi sustituta durante mi etapa de "ensoñación maternal" y de la que me dejó recogida la necesidad de hacer un seguimiento, Creo que puso algo de urgencia, pero como mi urgencia era "ordeñarme" para mi preciosa bebé y congelar esa leche, pues lo demás estaba, sí, mas lo iba llevando poco a poco. En mi defensa he de decir que me seguían acosando hasta cuando iba al baño para hablarme de niños, padres, problemas y más problemas que yo procesaba a medias mientras hacía el gran esfuerzo de contener mis esfínteres no fuera a darse el caso de dar un terrible y vergonzoso espectáculo allí mismo. Con toda esta sobrecarga de información, hacía lo que buenamente iba pudiendo y salía pitando del colegio para enchufar a mi bebé en la fuente de alimento y amor en que se había convertido mi pecho. amamantarla para mi era como una droga maravillosa que ocupaba toda mi mente y todo mi cuerpo (sobre todo por la hinchazón y dolor de cierta zona cuando me pasaba de la hora de la toma y la consiguiente mancha en mi ropa con protectores y todo). Bueno..creo que se me ha ido la olla hablando de las maravillas de ser madre y me he desviado del tema: "la extraña reunión". Pues bien, se me convocó fuera de horarios normales, a las cinco de la tarde de un dia que no me tocaba hacer tarde, en el colegio en la sala de profesores. Cuando entré me sentí como los vaqueros esos en las películas del oeste del año de Maricastaña que entraban al bar (denominado saloon) y se notaba la tensión por las miradas, las manos en las cartucheras y los movimientos de los presentes. Allí todos tenían la pistola cargada contra la pardilla de la orientadora novata. Yo me senté y les miré esperando a que alguien empezara a disparar, pero por lo visto esperaban que fuera yo la que cavara mi propia tumba. Pasaron 10 tensos minutos de silencio con todas las miradas puestas en mi. Yo tragué saliva  y me aventuré: "sé que se me ha convocado aquí, fuera de mi horario laboral" (puntualicé), ahí empezó mi tortura.
- Claro, fuera de tu horario porque en tu horario no nos has atendido con este caso.
Miré al interfecto con cara de eso no procede y continué con mi discurso improvisado (si, cierto, tenía que haberlo llevado algo más preparado, es que era muy novataaa y muy mamáááá):
"El caso es que se ha hablado con la familia y la familia recarga en el centro y su metodología la responsabilidad de la fobia escolar del  niño. Él sufre, patalea, llora, grita y se niega a venir al colegio. Se les ha propuesto que le lleven a un psicólogo pero ellos quieren que primero cambie la metodología del aula y del centro".
 Otro error como la copa de un pino de mi parte, atacar tan directamente a la yugular profesional de los que me rodeaban. Por supuesto, la reacción no se hizo esperar y varias pistolas me apuntaron directo y dispararon a la vez:
- ¡Claro es que tú les has dicho que la profe le pregunta en público y le regaña si no lo hace bien!
- ¡Es que si les pones en contra del colegio es normal que no colaboren!
-¡Ese niño es un niño mimado, necesita dos hostias bien dadas! (comentario superpedagógico como puede apreciarse)
- ¡Esos padres le sobreprotegen y tú les das la razón!
- ¡Asi no avanzamos ni conseguimos nada!
¡Menos mal que llevé mi chaleco antibalas de la maternidad reciente y mi urgencia por solucionar aquello cuanto antes!
Agarrándome al último comentario, y el más constructivo a mi parecer, respiré hondo y disparé mi pistola de flores hippies de la paz y el amor.
- A veer, lo primero de todo es que si habláis todos a la vez no puedo tomar nota de vuestras necesidades. Lo segundo es que he de aclarar que una de mis funciones en este y en todos los centros es acercar posturas entre las familias y los profes. Lo tercero, decir que no es cierto que yo haya criticado la labor de la tutora, es más les he instado a tener una reunión conjunta conmigo y con la tutora para acercar posturas y convencerles para que le lleven a un psicólogo. Además es importante diferenciar entre mala educación y fobia escolar y por los estudios realizados por mi sustituta este niño padece de fobia escolar, etiquetarle de forma negativa no va a ayudar a solucionar el problema (aquí escuché quejas y algún comentario despectivo hacia mi persona al que hice caso omiso, por supuesto "a palabras necias oídos sordos" decía mi abuelo). Por último quisiera aclarar que esto no es una cuestión de culpas, pero si algo de lo que he dicho se ha malinterpretado pido mis más sinceras disculpas. en este barco estamos todos (aquí intenté salir del saloon del oeste y meterme en mi amado y adorado océano en el que me siento "como pez en el agua") y hemos de navegar juntos, todos somos necesarios, pero más vosotros  que yo, y siempre voy a apoyaros. Si los padres malinterpretan mis palabras cuando digo que "entre todos vamos a intentar hallar la forma de que las actividades de clase le motiven y que vamos a analizar su integración social en el aula", y lo transforman en: "en el aula mi hijo está aislado y desmotivado porque la profesora no hace nada para remediarlo y atenderle" eso ya no es mi culpa ni de nadie, simplemente tenemos un trabajo más: intentar que comprendan la realidad tal cual es y acercar posturas, como ya he dicho antes.
llegados a ese punto veía todo tipo de caras a mi alrededor:
Cara de "ya, ahora vienes con excusitas baratas a tu incompetencia"
Cara de "vaya chapa inútil nos está dando esta"
Cara de "puede que tenga razón"(por suerte una de ellas la tenía la tutora del niño, los demás me traían más al pairo, la verdad)
y Cara de "bueno ya es tarde, le daré la razón a esta para poder irme a casa de una vez (esta la tenía la mayoría)
Pese a lo poco alentador de la situación, anoté una serie de acuerdos encaminados a trabajar conjuntamente y a reunirnos la tutora , la jefa de estudios y la familia , para promover que el niño hiciera una terapia psicológica y acordar criterios de intervención en el aula y en el centro. Se fijó la fecha para esa reunión y cuando estuvo fijada, todos salieron de la sala de profesores en estampida como una manada de búfalos en la sabana africana dejándome sola con la tutora, intercambiamos ligeras disculpas por los malentendidos , aunque me seguía mirando con algo de desconfianza, y tras ella salí yo más airosa que la Pantoja después de cantar una copla en un concierto.

Y hasta aquí la reunión más tensa que me ha tocado vivir. Aportad vosotros las vuestras que seguro que podéis enriquecer mucho este blog.
Mañana quizá os cuente otra cosilla de la que me acuerde sobre la marcha, quizá lo que pensaban los profes de mi cuando me veían con el troley o alguna chorrada más.
Hasta mañana

lunes, 13 de marzo de 2017

LOS PAKISTANÍES

Antes de relatar experiencias concretas como reuniones peliagudas en centros, quisiera compartir una anécdota muy graciosa, o que al menos a mi me hace gracia. Cuando se crearon en el 91, a raíz de la LOGSE, los cuerpos de orientadores y los profesores de apoyo a la integración , es decir, los maestros de pedagogía terapéutica y los de audición y lenguaje, nuestra llegada a los centros creó desasosiego y confusión. Los profesores no sabían muy bien qué hacíamos allí y cuáles eran nuestras funciones. ¿P´a kistan aquí? se preguntaban. De ahí derivó este apodo que todavía me aplico en algunos centros: "los pakistaníes". En un primer momento se pensaba que estábamos para quitarles del aula a todos los niños que la ley de integración había "encasquetado"en los centros ordinarios."Evalúame a este a ver si me lo sacas" y el PT y el AL eran los que se llevaban los niños del  aula cuanto más tiempo mejor,así dejaban dar la clase. Aunque en la ley se pretendiera la mayor normalización la realidad era muy distinta, no había recursos ni tiempo para atender a estos niños en el aula. En otros centros éramos auténticos "magos", teníamos, como dije en la publicación anterior, el poder de "cambiar y mejorar" a los niños, teníamos la "panacea" que funciona en todas las aulas. Esas expectativas, al no cumplirse, nos relegaba de nuevo a ser pakistaníes, si no servíamos para eso ¿qué falta hacíamos? ¿para qué estábamos allí? Esto nos situaba en un papel de expertos proporcionadores de recursos que la mayoría de las veces se reducían a papeles inservibles que los tutores utilizaban para reciclar en plástica o para envolver los trabajos del día de la madre.
En otros centros se nos otorgaba (y otorga aún) el papel de evaluadores externos. llegas, evalúas , emites un informe y en su caso un dictamen de escolarización y te vas. Sigues siendo pakistaní, no te perciben como parte del centro, como un profesional más al servicio de la mejora de la calidad educativa. Para eso ya están ellos, nosotros venimos de fuera. Vamos, como cuando los catalanes dicen ser una nación aparte de España y les denominamos de coña "polacos".
Y es que en ocasiones ni nos hablan en los desayunos o nos sentimos, al menos yo, como si "robáramos" un bollo de la mesa, dado que nos entra la duda de si realmente tenemos derecho a coger algo, ya que venimos de tan lejos...
Pakistaníes ¡rebelémonos! contémosle al mundo que estamos al servicio del maestro, de las familias y de los niños y que no somos ni más expertos ni menos parte del profesorado del centro, aunque pertenezcamos a equipos multidisciplinares (al menos en Madrid), son nuestros centros, nuestros profes y nuestros niños y buscamos que todos funcionen en una misma dirección: la del desarrollo personal de los alumnos y profesional y personal de los docentes y la unidad de criterios entre familia y escuela, en la medida de lo posible. PTs y ALs pueden y deben entrar al aula, son parte del claustro y su trabajo es de apoyo al docente y trabajo codo con codo con todos los profes. somos un solo cuerpo, el de la educación. No somos pakistaníes somos " Aquí estamos por y para vosotros"
esta entrada quizá es menos chistosa, pero más sentida y  quería compartirla con todos vosotros y que compartierais vuestra forma de verlo conmigo.
Mañana hablamos de reuniones tempestuosas...

PRIMERAS EXPERIENCIAS

Yo me incorporé a esto de la orientación educativa allá por el año 2000. Había probado con la terapia clínica que, aunque me encantaba, no me daba para comer y mis prácticas de la carrera de psicología las hice en un servicio educativo. ¿por qué no probar en este área? me animó mi marido, que es maestro. Y así lo hice.
Me incorporé embarazada de 8 meses a un Equipo de Orientación, con algún comentario machista-jocoso por parte de algún director de cole de turno: "y encima embarazada", al que poco caso hice en mi estado Zen producido por las endorfinas que generaba mi hipófisis a chorros y me hacían ser feliz contra viento y marea. En el equipo fui bien recibida y el trabajo empezó a enamorarme desde el minuto cero.
Primer problema con el que me encontré: no tenía coche, el equipo estaba en Alcalá de Henares y había que llevar pruebas de evaluación desde la SEDE hasta los colegios, ¡además de los 20 kilazos que había cogido en el embarazo! Me asignaron los colegios a los que podía ir en transporte público y que estaban más cerca de la SEDE (lo de cerca es un decir) . No obstante cometía la novatada del principiante: llevaba un maletón de ruedas con seis pruebas y luego...¡sólo me daba tiempo a pasar una o a lo sumo dos!!! yo y mis problemas de orientación temporal...De ahí lo de desorientada, además del hecho de que me pierdo hasta en mi propio barrio...Encontrar las aulas en los coles era toda una odisea ¡y más en mi estado zen! pero yo seguía siendo feliz con mi barrigón y mis endorfinas a tope parecía Bob Marley todo el día emporrao y cantándole al amor y la paz...¡Y eso que me acosaban por los pasillos con preguntas a las que no tenía ni idea de cómo responder, personas que decían que se me habían presentado ya! de lo más rocambolesco.
Otra frase con la que me topé nada más llegar y que me dejó en shock fue: "mira yo no se qué hacer con este niño a ver si me lo sacas y le haces algo para que cambie porque en el aula no hago vida de él"...Un momento...¿me había pedido que le cambiara al niño? ¿por qué? ¿por un puñado de lápices de colores? ¿un kilo de coles tal vez? FLIPANTE, ahora resultaba que los orientadores teníamos el poder para cambiar a los niños y a mi nadie me lo había explicado ni en la carrera ni en la oposición...flipada y todo, yo sonreía, le decía que me rellenara la demanda de intervención y pidiera consentimiento a los padres y seguía con las pataditas de mi bebé y mi sonrisa estúpida el resto de la jornada.
En uno de los coles podía cortarse el ambiente con cuchillo. "con este cole te vas a curtir pero bien" me decía el director del equipo. El del director machista, sí, ese era. Allí las sustituciones no las planificaba el jefe de estudios,no, se las repartían entre los profes, con lo que los desayunos eran peleas continuas. Yo, aún así, entraba en el comedor en mi estado de abstracción con mi sonrisa estúpida , cogía algo de comer y me salía al patio a mirar a los niños que era más constructivo.
Y así me mantuve hasta que nació mi primera niña y pasé al "modo madre", ahora me afectaban más las cosas en este cole porque la culpa de todo lo que iba mal era  culpa mía que no me enteraba, según ellos. Pero yo me iba los recreos a sacarme leche y pasaba de todo. Hubo un par de reuniones incómodas pero conseguí superar la prueba con el respaldo de mi estupendo equipo, porque novata lo era ¿eh? y no voy a decir que no metiera la pata en más de una ocasión, sobre todo con el pobre profe de compensatoria con el que no tenía claro cómo ayudar y con el que casi ni me reuní porque no sabía qué decirle...En fin cosas de los comienzos.
Hasta aquí algunas de mis primeras experiencias, quizá mañana cuente aquella incómoda y extraña reunión a ver qué opináis.
¿y vuestras primeras experiencias cómo fueron? dejad aquí vuestras anécdotas.